ESTE NIÑO CON UNA ENFERMEDAD LE SUPLICA A SU MADRE QUE NO LE HAGA MAS DAÑO
EL NIÑO LE SUPLICA LLORANDO A SU MADRE QUE NO LE HAGA MÁS DAÑO
Este niño le suplica llorando a su madre que no le hiciera más daño, pero ella no le hacia caso. Mira el motivo, ¡verás lo dura que puede ser la vida para algunas personas!
Jonathan Pitre, de 15 años, vive en Russel, Canadá, y no es cualquier niño como los demás. Es un pobre niño que se le conoce como un “niño mariposa”. Aunque el nombre es hermoso, la verdad que se esconde detrás de él, es terrible.
Desde que llego al mundo, Jonathan sufre lo que se conoce como epidermólisis ampollosa. Una enfermedad que convierte cada uno de sus días en una difícil batalla.
Su piel es extremadamente frágil y esto hace que el niño sufra dolores constantes. Con tan solo un movimiento se irrita e inflama, haciendo que aparezcan ampollas y llagas que le dejan el cuerpo en carne viva.
¡El simple hecho de comer, es toda una tortura ya que la garganta se le irrita!
A Jonathan le gusta mucho el jockey aunque por mala suerte y su condición, no puede practicar deporte. El esfuerzo es demasiado para él y después tarda días en recuperarse.
Para el adolescente, lo mas difícil de toda es la hora del baño Su mamá, Tina, lo ayuda a sumergirse en el agua durante algunos minutos. ¡ Entonces comienza la pesadilla! Hay que retirar todos los vendajes uno a uno, algo muy doloroso para el chico, que no consigue acostumbrarse a semejante dolor y sufrimiento.
Su madre ha de ser fuerte por él. “Jonathan me suplica que pare”, nos hace saber la afligida madre, con muchas lágrimas en los ojos. “Pero no puedo dejar de hacerlo porque las consecuencias serían nefastas. Es algo muy difícil. Una cosa es oír hablar de ello y otra cosa, vivirlo”.
Esta enfermedad ha hecho que entre madre e hijo se haya creado un lazo único e indestructible. Cuando el niño sale del agua, ella debe curar y aliviar la piel inflamada de su hijo. Darse un simple baño puede ser algo que dure más de 3 horas.
Tiempo atrás, Jonathan pensaba que el era el único niño que sufría esa tortura. Pero en 2012, estuvo en una convención en la que conoció a otros chicos en su misma situación. Allí tuvo tiempo de compartir sus experiencias y expresarlas con el mundo. Hasta el momento, ha recaudado más de 100.000 euros que se han destinado a la investigación y a sensibilizar a la gente sobre esta cruel enfermedad.
A pesar de todo, Jonathan vive la vida con mucho amor e intensidad. Incluso tubo la oportunidad de conocer en noviembre de 2014 a los jugadores del Sénateurs d´Ottawa, su equipo favorito de hockey. “Nadie puede ponerle la mano pero eso no significa que sea diferente”.
Jonathan, con mas ganas de vivir que nadie, es una auténtica fuente de inspiración para todos los que le rodean, y muy especialmente para su hermana Noémie, que se siente día a día impresionada por su ardiente personalidad.
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